Mentoría con propósito: cuatro voces detrás de ApadrinaTIC

En Babel, creemos firmemente en el poder de la tecnología para transformar vidas, pero, sobre todo, en el poder de las personas para inspirar, guiar y acompañar a quienes más lo necesitan. Por eso, y por tercer año consecutivo, hemos participado en el programa ApadrinaTIC, una iniciativa que conecta a estudiantes de grados TIC en situación de vulnerabilidad con profesionales del sector, ofreciéndoles mentoría, acompañamiento y una ventana al mundo laboral.

Durante esta edición, celebrada entre febrero y junio de 2025, siete profesionales de Babel con perfil de Project Manager han ejercido como mentores, acompañando a jóvenes talentos en su desarrollo personal y profesional. A través de sesiones de mentoría individualizadas, han compartido conocimientos, experiencias y se han convertido en referentes cercanos y accesibles del sector tecnológico.

Más allá de los indicadores y resultados, el verdadero éxito de esta edición se refleja en las experiencias y aprendizajes vividos por quienes han hecho posible esta iniciativa. Hoy reunimos a Clara G., Diego L., José Carlos J. y Teresa F. para hablar de la experiencia en primera persona.

¿Qué os animó a apuntaros al programa?

Clara García lo tuvo claro desde el principio:
—Siempre me ha gustado hacer voluntariado, y esto me pareció algo diferente. Pensé que a mí me habría venido genial tener un referente así en la uni. Además, me interesa mucho ver cómo cambian los planes de estudio y qué metodologías nuevas se usan.

Teresa Flores comparte esa visión social:
—Me pareció una forma real de aportar, de apoyar a gente joven que lo tiene más difícil. Están compaginando estudios con situaciones complicadas, y si desde aquí podemos ayudarles a mirar al futuro con otra perspectiva, yo encantada.

Para Diego Llanos, la motivación fue muy personal:
—Yo lo pasé mal para abrirme camino en el mundo laboral. No tenía a nadie que me orientara o me ayudara a entender cómo funcionaban las entrevistas, o cómo gestionar ciertas inseguridades. Y pensé: “Si yo puedo ser ese apoyo para otra persona, adelante”.

Jose Carlos Julián coincide:
—Siempre me ha tirado echar una mano, sobre todo si se trata de personas en situaciones más vulnerables. Vi el mail del programa y me apunté sin pensarlo.

¿Con qué os quedáis de esta experiencia?

—A nivel personal, ha sido un chute de motivación —dice Diego—. Al principio dudas de si vas a poder conectar o aportar algo útil… pero enseguida te das cuenta de que sí, y de que también aprendes mucho tú. En mi caso, hablamos de una dificultad concreta que tenía mi mentee para estudiar, y eso me hizo investigar, preguntar y entender cómo gestionar algo así en un equipo real. Me ha hecho crecer.

Teresa lo resume en tres palabras:
—Escucha, empatía y realidad. Salir de tu día a día y conocer otras historias te cambia el foco.

Clara añade:
—Me ha ayudado a poner en valor mi propia experiencia. A veces no te das cuenta de todo lo que sabes hasta que alguien te pregunta. Y ver lo preparadas que vienen las nuevas generaciones es un subidón.

Para Jose Carlos, lo mejor ha sido el contacto directo con los mentees:
—Escuchar cómo ven ellos el mundo laboral, qué les preocupa, qué sueñan… Te hace ver muchas cosas con otros ojos.

¿Creéis que la empresa debería seguir apostando por este tipo de iniciativas?

Aquí no hubo dudas. Todos coincidieron en que sí, y con argumentos muy claros.

—Totalmente —dice Clara—. Esto es parte de lo que debería ser la tecnología: una herramienta para ayudar, para conectar. Y también es útil para la empresa. Si esos chicos acaban trabajando aquí, ya vienen con una conexión previa.

Diego añade:
—Más allá del talento, esto construye orgullo de pertenencia. Saber que trabajas en un sitio que se preocupa de verdad por las personas hace toda la diferencia.

Jose Carlos va en la misma línea:
—Proyectos como este refuerzan la imagen de Babel como una empresa con valores de verdad. No es postureo, es acción.

Teresa cierra con una reflexión sencilla pero potente:
—Este tipo de programas nos conectan con lo que pasa fuera de nuestra burbuja. Y eso también es cultura de empresa. Yo, sin duda, lo recomendaría.

Un paso adelante, para ellos y para nosotros

ApadrinaTIC no solo ha acercado el sector tecnológico a estudiantes que lo necesitan, también ha acercado a nuestros profesionales a una realidad distinta. Ha sido una experiencia transformadora en ambos sentidos, y una muestra más de que, cuando el compromiso va en serio, se nota.

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